Rosalba Herrera
En Villarrica yo duré cuatro años, separada de nuestros taitas y luego ya me dieron ganas de devolverme pa’ acá. En la violencia de Laureano Gómez si sacaron a mi mamá pa´ Dolores y de Dolores fueron a dar a Tocaima, eso fue para la primera revolución.
Pues yo soy Rosalba Herrera Cortés. ¿Yo qué le voy a contar? De aquí nos sacaron pa´ Berlín y de Berlín pa´ Galilea, y de Galilea nos sacaron pa’ Cebollales. Eso fue en el año 48, cuando la muerte de Gaitán, la primera violencia bipartidista.
En la segunda revolución, la de Rojas Pinilla estuve exiliada en Sinaloa, nos apartaron como a diez muchachas y nos llevaron pa´ Ibagué, de esas apartaron a otras cinco y nos llevaron pa’ Ambalema y allá nos entregaron en sendas. Nos apartaron, las que no fuéramos dañinas para un lado y las dañinas para otro lado. En Ambalema siempre duré como dos años allá, nos pusieron a lavar y luego ya nos pusimos fue de cansonas y entonces nos volvieron y nos echaron. Ahí pedí permiso y volví pa´ Villarrica, que además para poder entrar le tocaba a uno sacar un salvoconducto.
Alfredo Córdoba Herrera
Según lo que cuentan ellos, después de que hubo el principio de la pacificación, que como ahora no se cumplieron los acuerdos, se empezó a armar la oposición al sistema que había, entonces armaron grupos paramilitares y grupos de gente como bandoleros, de la izquierda, los que llamaban de la izquierda. Entonces en ese proceso mi mamá lo vivió todo y ya después se hizo esposa de mi padre. Él como no se salió de eso, a lo último lo mataron cuando yo tenía por ahí como año y medio.
Yo he sido víctima del conflicto desde esa época. No es ahora, en el año 80 y 90, es desde la muerte de mi padre. Por eso a veces nos preguntan o nos dicen, - ¿ustedes por qué odian el ejército? -; y pues es que el ejército dice ser amigo de nosotros, pero ellos nos han estigmatizado mucho por el hecho de vivir en la zona. Y todo eso es lo que ella nos ha venido contando. Ya para mis ocho años yo ya comenzaba a recordar cosas.
Mi mamá cuenta que el conflicto se agudizo en el año 82 que apareció la guerrilla por acá ya como visible, que en ese año Belisario Betancur le abrió como las puertas a la guerrilla entonces ya salieron a la luz pública. En esa época, en el año 77, 78 se armó como un grupo de bandas, de vandalismo, atracaban, secuestraban y recibían dinero para hacer daño. Si un tipo tenía un problema, entonces ellos recibían dinero y con eso iban y arreglan el problema dándole, dándole piso como se dice por acá.
Entonces pasando eso ya en el año 82 que apareció la guerrilla hubo una matanza, porque la guerrilla vino acá a acabar con esas personas que vivían de la extorsión y todo eso y no trabajaban, entonces al que trabajaba lo vivían extorsionando. Ahí la guerrilla cogió fuerza y llegó entonces el ejército a controlar.
Nosotros en el 87 hicimos una marcha, que nos tocó salir porque era invivible la zona. Era una cosa impresionante lo que se hacía antes. Mi mamá fue testigo, ella fue una de las personas que no salió en el conflicto ejercito/FARC. Ella no salió de la zona, no se desplazó jamás, aguantó todo eso.
Esta mesa como la ven ustedes ahí, es testigo de muchas cosas. Aquí comieron militares, comieron guerrilleros, médicos, todo el que venía. La gente llegaba aquí y ella les hacía de comer.
Rosalba Herrera
Lo que pasaba era que, en ese entonces, pues lógico que nos cuidamos mucho en la lengua. Resulta y pasa de que aquí si hubo muchos desplazados que los echó la guerrilla. ¿Pero por qué? Porque tenían la bendita maña que veían pasar el ejército, y ya corrían allá arriba a dar quejas. ¿Y que pasaba la guerrilla? pues obvio pasaba la guerrilla. Porque tanto pasaba la guerrilla como mantenía el Ejército también. A mí me llamaron una vez y me dijeron - ¿Y usted por qué no se fue? -.
Yo doy gracias a Dios que como mi mamá no me hizo la lengua pa’ hablar sino pa’ comer. Porque yo pa repostera sí la tengo como un riel. Y eso les decía, no es que mi mamá, no me hizo la lengua pa’ chisme. Y es que a usted no le importa que se maten unos con otros, allá ellos si se matan, el todo es que no me vayan a mis hijos, a un hermano, porque ahí sí la tienen conmigo, porque yo sí, yo si los mandé a pelear con los que tienen que pelear, no con los campesinos, les decía yo.
Ahora desde que hicieron ese tal plebiscito creí que ya se acababa todo y que ya arreglaron todo, pues sí, gracias a Dios hicieron eso. Y eso vinieron todos esos mantones de por allá, hicieron una reunión en Galilea y eso vino gente de muchas veredas para arreglar esa vaina del conflicto, que no siguieran en la guerra y pues si no han seguido en la guerra.
Mire, nosotras tuvimos con otra muchacha de por allí vivir cosas donde nos hubieran matao’. Yo no sabía de quién era ese muchacho, quién era el papá y nos tocaba que ir a llevarle comida allá estando amarrado. Yo le dije a ella, mientras le va metiendo la cuchara yo con el cuchillo le voy soltando la cuerda, y así fue, dándole la comida y le soltamos los bracitos y que escapa de todo pa’ aquí abajo del rancho, del horno pa’ abajo salió por ahí y se voló. Y ese era el problema, a mí no me gusta que asesinara a ninguno, que mataran a ninguno. Y a mí me da mucha rabia por eso yo retacaba tanto al Ejército como a la guerrilla. Porque el único que tiene derecho de quitarnos la vida es Dios, el resto de seres humanos no tienen que quitarle la vida al otro. ¿Por qué hacen eso?, no señor. Llévenlo y lo métanlo a la cárcel y métale un carcelazo bien bueno, ya, pero no lo maten.
Alfredo Córdoba Herrera
El ejército mataba soldados y llegaban a desquitarse con la población civil, y eso fue lo más nos afectó. Eso hizo que el desarrollo de la región no diera lo que tenía que ser, de no ser por eso aquí habría mucha riqueza. Ahorita ya vamos desde el 2016, que se pacificó, que ni el ejército ni la guerrilla han vuelto a molestar, no ha habido conflictos, todo ha venido cambiando, ya se ha ido desarrollando. De aquí se saca mucho café para Medellín, Bogotá, ya han mandado para Italia, o sea que ya ha venido un desarrollo y se está buscando la forma de que podamos avanzar, que es lo que yo decía, es lo que yo deseo, que la zona avance en desarrollo económico, en producción, tener, tener unas fincas auto sostenibles, que tengamos buena tecnología, que haya buena comercialización.
Yo me fui en el 2001 y logré pues un objetivo, como fue capacitarme un poco más, lograr hacer el bachillerato, hacer unos talleres de marketing, marketing agroalimentario y entonces en base a eso me vine ahorita con un proyecto apícola. Por la pandemia no lo pude desarrollar, pero me empecé enfocar en el café, que es lo que la región más tiene.
Es que si hay economía puede haber paz, pero si hay hambre no hay paz, porque si no hay, si no hay trabajo y no hay economía, pues los muchachos, los jóvenes emigran, se van de la región y van dejando el bien. Entonces lo que hay que hacer es eso, tratar de uno en, uno, capacitarnos para poderle exigir al Estado, porque es que aquí tenemos un poco de plata para los campesinos, pero no hay quien la reclame.